Design Thinking para PYMES
El Design Thinking, aplicado en este caso a las PYMES y startups, podría entenderse como un proceso interactivo mediante el cual se busca entender cuáles son las necesidades del cliente al que queremos ayudar con nuestro producto. Esta herramienta no solo va a favorecer la resolución de problemas, ya que nos acerca a nuevos enfoque que, quizás, no habíamos pensado antes; sino que, además, nos permite descubrir y ejecutar soluciones eficaces para cualquier problema.
Por otro lado, uno de los factores clave del Design Thinking para PYMES es que participan en la empresa todos los miembros que la forman. De esta manera, no solo conseguiremos generar más ideas, que es lo más importante para empezar, sino que, también, hará que todos los trabajadores sientan que pertenecen a aquello a lo que dedican su tiempo, mejorando su productividad y aumentando su motivación.
Cómo aplicar el Design Thinking en las PYMES
Hay una serie de fases que debes seguir si eres una PYME para empezar a utilizar este método a la hora de realizar tu trabajo. Hay varias formas de poder aplicarlo, pero se podría resumir en las siguientes fases básicas:
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La generación de ideas: es la fase más importante, ya que sin ideas no llegas a encontrar ninguna solución al problema existente. Cantidad no es calidad, pero sí que es útil hacer una gran lluvia de ideas para poder seguir mejor las siguientes fases. Aquí no importa lo útil que pueda llegar a ser la idea, sino que lo importante es tener muchas ideas para contribuir a encontrar la solución después.
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Prototipo y experimentación: cuando hayas logrado tener una gran lista de ideas, es hora de encontrar cuáles son las mejores, las más útiles. Esta es quizás la fase más complicada porque a veces no es nada fácil establecer una jerarquía y distinguir cuáles son las mejores ideas de la lista. Una vez se hace eso, hay que generar un prototipo de aquellas ideas con las que nos hemos quedado y desechar las que no nos van a servir. Esto se lleva a cabo mediante una serie de experimentos para saber si, mediante el prototipo va a ayudar realmente a solucionar el problema. Aquí es de vital importancia aprender que lo que no sirve hay que “tirarlo a la basura” e intentar llegar a la solución de la mejor manera posible.
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Patrocinio: es de vital importancia que midas continuamente tu progreso. De esta forma, no solo estarás ofreciendo a tus clientes un modelo de negocio que va a ayudarles a cubrir sus necesidades, sino que, además, tendrás datos en los que basarte para convencerles de que si no es contigo, no es con nadie.
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Implementación: por último, pero no por ello menos importante, debes convertir tu idea en algo tangible, ya sea un producto o un servicio completo. Aquí es cuando podrás medir el impacto que tiene tu idea, es decir, la medida en la que esta es eficaz y hace que te prefieran a ti y a tu empresa antes que a aquellos que solucionaban sus problemas antes.