Benchmarking: qué es, tipos y ejemplos

El Benchmarking es una parte muy importante dentro del Marketing Digital, ya que permite mejorar a las empresas mediante un análisis muy concreto. 

Este término nació en los años 80, cuando la empresa Xerox quiso llevar a cabo una investigación para saber cómo de buenos eran en comparación con sus competidores. A partir de aquí, su uso se ha extendido a todas las empresas y sectores, donde es una práctica más que habitual. 

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¿Qué es el Benchmarking y cuál es su objetivo?

Podemos definir el Benchmarking como: la observación de productos, servicios o procesos que se realiza en un área concreta, con el fin de conocer las buenas prácticas que determinan a ese área como exitosa.  

Pero… ¿Cuál es realmente el objetivo del Benchmarking?

Su objetivo es aprender de estas buenas prácticas e incluirlas en nuestra empresa. Pero ¡ojo! Aquí no hablamos de copiar exactamente lo que hace nuestra competencia. 

Debemos saber que lo que hacen otros no nos va a funcionar exactamente igual a nosotros, ya que muy probablemente estemos hablando de empresas de diferente sector, con diferentes productos o servicios y en diferente fase. 

El benchmarking nos ayudará a mantenernos informados sobre las  prácticas que los han llevado al éxito y a inspirarnos para aplicarlas a nuestra empresa. 

¿Cuáles son los 4 tipos de Benchmarking?

El Benchmarking tiene 4 variables y son las siguientes: 

• Benchmarking General: está enfocado a encontrar las mejores prácticas en otras industrias, es decir entre sectores que nada tiene que ver uno con el otro. Por ejemplo, tenemos una empresa dedicada al sector textil y nos fascina como es la atención al cliente de una empresa dedicada a la cosmética, podemos sacar sus mejores prácticas, como por ejemplo: cómo se realiza el primer contacto con el cliente, con qué tono se dirigen hacia él… 
• Benchmarking Funcional: Se encarga de observar procesos que pueden ser similares o idénticos en distintos sectores.
• Benchmarking Interno: Como su nombre indica, este tipo de Benchmarking se centra en la organización en sí. Se encarga de detectar las buenas prácticas entre los departamentos de la misma. Por ejemplo, si algún proceso funciona muy bien en el departamento de ventas, podemos trasladarlo al departamento de marketing. Su principal objetivo es conseguir que el buen funcionamiento en un departamento se traslade a otro que no funciona tan bien. 
• Benchmarking Competitivo: Quizás este sea el más popular de los cuatro. Se centra en estudiar y analizar a la competencia con el fin de entender sus estrategias y buenas prácticas. Gracias al uso de este Benchmarking, podremos inspirarnos para ser mejores e ir escalando posiciones con respecto a nuestros competidores.

¿Cómo hacer un Benchmarking?

Aquí, vamos a explicar cómo se realiza un Benchmarking Competitivo. Para realizarlo, debemos tener muy claros dos datos: los competidores y las variables. 

Cuando realizamos un Benchmarking competitivo, buscamos estudiar a los competidores que más nos puedan interesar, incluyendo competidores directos e indirectos.

¡Cabe destacar que estos competidores deben ir en tablas diferentes! 

Por ejemplo, si Coca Cola realizará un benchmarking competitivo tanto de competidores directos como de indirectos, en la primera tabla deberá incluir cualquier marca de bebida de refresco de cola, en cambio en su tabla de competidores indirectos ya entraría cualquier empresa dedicada a los refrescos. 

Una vez que tenemos esto claro, debemos elegir cuántos competidores y cuántas variables debemos incluir en nuestro benchmarking. Lo ideal será incluir entre tres y seis competidores y seis y doce variables. 

Las variables que podemos incluir en el benchmarking pueden ser cualitativas o cuantitativas. Algunas de las variables más frecuentes son: identidad visual, tráfico web, redes sociales. facturación, partners o posicionamiento. 

Una vez que tengamos todos estos datos en nuestro benchmarking, es el momento de sacar conclusiones. 

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